domingo, 24 de enero de 2010

El Cabrito de Esmoquin y el Lobo

Era se, una loba muy intachable, que le dijo a su hijo perocupada que no le habriera la puerta a nadie por que estaba el cabrito de esmoquin. El hijo, fascinado le dijo que vale. Vino el cabrito de esmoquin, quería comerse al lobo. El lobo le dijo que eseñara la pata por debajo de la rengilla. El cabrito imperturbable introdujo la pata en alquitran que le costo una pasta y la eseño por debajo de la renjilla.


El lobo engañado pero desconfiado abrió la puerta. Cuando entró el cabrito se quedó extupefacto y el cabrito satisfecho se lo llevó a su casa.


La madre volvió y cuando entró en la casa le dio un patatús. Desconcertada llamó al leñador que era alto y delgado y se pusieron manos a la obra.


El cabrito estaba preparando la olla y cuando terminó se echó una gran siesta.


El leñador y la loba fueron a la casa del cabrito, situada en un minifundio virgen, por lo menos era un casa decente. Total que la loba, cuando se puso delante de la puerta, quiso abatirla pero el leñador le detuvo. Osaban forzar la puerta y lo hicieron, cojieron al lobo y se lo llevaron a la casa.


Cuando llegaron a la casa el cabrito titubeando se fue a su cuarto pero la madre le detuvo y le echo una buena regañina pero en el fondo estaba contenta de haber recobrado a su hijo.

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