martes, 24 de mayo de 2011

Mi viaje a Marruecos

Me encontraba en medio del desierto, un poco aturdida...... Bueno, será mejor que empiece por el principio.
Llevaba meses planeando el viaje de mi vida, con la persona de mi vida, en le sitio de mi vida..... Todo debía ser perfecto, debía ser un viaje inolvidable e inmemorial para todos. Estaba todo a punto, pero mi poca coherencia y yo, decidimos abandonarlo todo para seguir al destino. Así que me dispuse a anularlo todo: descambié mis espléndidos vestidos de gala, mi maravilloso bolso de "Dolce Gabana", los preciosos zapatos que a toda mujer le gustaría poseer. Pero lo significativo no era eso, lo significativo era cambiar el viaje de ensueño, por el viaje aventurero. Me dispuse a ir hacia la agencia de viajes, y por el camino, divisé un carte que ponía: "Damos té con pastas por sólo 1'50$". Justo en instante supe cual sería mi próxima parada.

-¿No le parece mejor un viaje a París, Londres o Brujas?-me dijo el dependiente

-¡Que no! ¡Que quiero ir a Marruecos!- respondí, ya un poco malhumorada.

-Bueno vale está bien. Que chica más rara- susurró el hombre dirigiéndose hacia su jefa.
Tras 8 minutos de espera, volvió con una sonrisa muy fingida en la cara.

-Todo listo. Mañana sale el barco a las 10:30 de la mañana, es muy precipitado pero es lo único que tenemos hasta los próximos 6 días.

-Tranquilo, nada es precipitado para mi. Muchas gracias, y perdone las molestias.

Me fui muy contenta hacia mi casa, pero sabía que había algo que había dejado a medias. ¡Ya lo sé ! Mi mp4, tengo que arreglarlo para mañana. No me da tiempo. Me resignaré a ir sin música.
Cuándo llegué a mi casa, cogí los únicos andrajos que tenía a mano y los metí en una maleta. Todo listo, puedo dormir tranquila. Mañana será otro día.
Sonó el despertador a las ocho de las mañana, aún muy temprano, así que lo retrasé, lo retrasé demasido. Cuando me desperté eran las 9:30 de la mañana, y aún no había hecho nada. Desayuné tan rápido como pude y cogí mi 4por4, el único espectador de todas mis aventuras.
 Llegué al Puerto con la hora justa, pero era suficiente para coger los billetes e irme.
Llegué a Marruecos sobre las 3 de la tarde. Estaba hambrienta, y paré en el único bar que estaba de paso. Comí cuscú, mmmm, ¡exquisito!
Estuve cinco días conociendo a gente muy honrada y buena. Eran superhospitalarias. También estuve en la playa, una playa inaudita para ojos.


      PLAYA DE MARRUECOS CON UNAS AMIGAS.

Todo fue maravilloso, hasta que llegó el sexto día, que me pilló una tormenta de arena. Yo me encontraba en medio de la nada, cuándo de repente, a lo lejos, divisé a gente corriendo hacia sus casas. Me amedrenté un poco, pero pensé que no era nada. A los cinco minutos, la arena chocaba contra mi cuerpo, produciendo un dolor inexplicable.
-¿Dónde estoy?- dije al despertar. Mis ojos veían a una persona increíblemente guapa. Este era un chico más o menos de mi edad.
-Tranquila. Estabas en la calle cuando la tormenta de arena arrasaba con todo. No podía dejarte ahí, así que decidí traerte hasta casa. Mi madre te ha preparado un té con pastas, ¿te apetece?
-Muchas gracias, no sé cómo agradecértelo.
-Toma este té con pastas y estaré bien agredecido.
Jajajajajajajaja nos reímos a la vez. Esta fue la primera vez en la que nuestras miradas se cruzaron, y sentí un sentimiento muy extraño, pero a la vez bonito. Era la primera vez que sentí algo así. Era algo enigmático. Sin ni siquiera haberle preguntado su nombre, sabía que íbamos a ser grandes amigos. 
Me contó que que su abuelo era marroquí, pero que su abuela era española, y sus padres, eran también españoles. Mis dos últimos días en Marruecos los pasé con él. Jamás se me olvidarán. Él me enseñó sitios increíblemente bonitos. El penúltimo día de vuelta a España, me llevó a un Castillo, dónde sólose podía entrar por el día, y con una entrada que sólo la conseguían los 50 primeros ir (era difícil conseguirla porque la gente estaba muy temprano allí para entrar en el castillo). Pero nosotros nos saltamos las reglas. Cuando estábamos dentro, todo iba perfecto. Jugueteábamos entre los árboles, comíamos pipas y chuches, y les dábamos forma a las nubes y estrellas. Así toda la noche, hasta que llegó el guardia de seguridad, que muy irritado, dijo: 
-¿Quién anda ahí?
Él me cogió de la mano, y juntos, corrimos, corrimos cómo si fueramos hasta el fin del mundo. Ya mada importaba mientras estuviera con él. Finalmente nos escondimos bajo un árbol. Las estrellas y este árbol, fueron los únicos testigos de nuestros primer beso. El beso duró muy poco, pero en mis pensamientos duró una eternidad. Esa noche dormimos en la castillo.
Al día siguiente estábamos muy tristes, ya que me iba a España, y posiblemente no nos veríamos más. Yo me afligí muchísimo, y él estaba igual, lo que pasa es que lo disimulaba, para que yo no me pusiese triste.
Recogí todas mis cosas, y para mi desconcierto, vi que Carlos(ese es su nombre), también recogía sus cosas. Yo me quedé anonadada, y eufórica, sin saber que decir. Finalmente él me dio un abrazo y nos dirigimos hacia el barco. 
 En este mismo instante él y yo seguimos juntos, en alguna parte del mundo.
Ahora me gustaría terminar mi relato con una pequeña enseñanza. Al principio, tenía mi vida planeada, mis objetivos, mi familia, mi casa...etc. Pero realmente, pensáis ¿que así iba a ser feliz? Si pensáis que si os equivocáis, pues ya veis que no. Quizás pensáis que arriesgué mi vida en un estúpido capricho, que después se convirtió en algo más. "Quien no arriesga no gana".
En este viaje conocí a la persona que me hace feliz, simplemente, porque arriesgué.

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