miércoles, 10 de junio de 2009

María Sibylla Meriam


MARÍA SIBYLLA MERIAM

Nació en Frankfurt (Alemania) en 1647, su padrastro, famoso por sus cuadros de flores, le enseñó a pintar, dibujar y grabar. A los trece años ya pintaba sus primeras imágenes de insectos y de plantas a partir de modelos que capturaba directamente.


En mi juventud me dediqué a buscar insectos. Empecé con los gusanos de seda de mi ciudad natal de Frankfurt. Después establecí que a partir de otras orugas se desarrollaban muchas de las bellas mariposas diurnas, como lo hacen los gusanos de seda. Esto me llevo a recoger todas las orugas que podía encontrar para observar su transformación.

(Metamorfosis de los insectos del Surinam, prólogo)

A los 18 años, se casó con un pintor especializado en arquitectura. Dos años más tarde tuvo su primera hija, Johanna Helena, y la familia se mudó a Núremberg. La creencia de la época aseguraba que los insectos eran el resultado de la "generación espontánea en el lodo en putrefacción". A pesar de esta creencia, Maria se preguntaba cómo podían surgir las más bellas mariposas de las orugas. Estudió la metamorfosis, los detalles de la crisálida y las plantas de las cuales se alimenta la oruga. Ilustró así todos los estadios del desarrollo en su libreta de bocetos.

En 1685 Merian se separó de su marido y se mudó al castillo Waltha (Holanda) con su cuñado para vivir en una comuna. El castillo pertenecía a Cornelis van Sommelsdijk, gobernador de Surinam (Sudamérica). En este lugar estudió la fauna y flora tropical sudamericana y, tras la muerte de su cuñado un año más tarde, se instaló en Ámsterdam.

Sus dibujos y bocetos le sirvieron de base para realizar un trabajo de importancia sobre la fauna y la flora de Surinam. Con la ayuda de varios conciudadanos el editor publicó, luego de tres años de trabajo intensivo, la obra más importante de Anna Maria Sibylla Merian: Metamorfosis de los insectos del Surinam, publicada en Ámsterdam en 1705.

Metamorfosis de una mariposa (1705)


Para la realización de este trabajo no fui codiciosa, pero me consideré satisfecha en cuanto recuperé lo que desembolsé. No he reparado en gastos para la ejecución de esta obra. Hice grabar las placas por un maestro famoso y aporté el mejor papel para aportar felicidad no sólo a los aficionados al arte sino también a los aficionados a los insectos, y me dio mucha felicidad cuando oigo que alcancé mi meta y que doy felicidad al tiempo.

(Metamorfosis de los insectos del Surinam, prólogo)

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