La coshecha(14 de febrero de 5876)
-¡No puede ser!¡Qué gran noticia!¡Estoy tan nerviosa...!-
Y es que yo, por fin había recibido una carta que es la causante de que yo esté ahora mismo escribiendo esta increíble historia.
Yo, Adriana, iba a realizar por fin, mi primer viaje fuera de la tierra...¡efectivamente! Iba a viajar a la Luna. Sentía tantas cosas... En una palabra, estaba en peligro de detonación. Se lo comuniqué a todo el mundo que se me presentó por delante. Los seguí leyendo con detenimiento, por si tenía algo que saber sobre precaución o información sobre cosas que hay que llevar...etc...
Vi que podríamos salir a explorar el espacio durante el viaje.
Pasaron los días y yo seguía poniéndome nerviosa. Ya me había comprado un traje espacial de segunda mano, y lo tenía todo preparado, y, cuando estábamos a punto de salir...sentí un morrocotudo escalofrío de alegría por todo mi cuerpo y... 10... 9... 8... 7... 6... 5... 4... 3... 2... 1..... ¡despegando!
Salimos a la velocidad de la luz, y... por fin estábamos en el espacio...¡era enorme!
Le pedí a Amparo salir fuera pero...en el momento en el que salí...¡plaf! El cable de sugeción se soltó y yo caí en una especie de...¿patata?
Era una especie de casa hecha de vegetal, pero, cuando me di cuenta...¡estaba rodeada de hortalizas!
Eran pequeñas criaturas que parecían extraterretres, pero a la vez comida...¡era muy extraño!
Uno de ellos me dijo:
-¿Qué estas haciendo en mi máquina de hortalizas?
-Perdona¿qué has dicho?-pregunté con curiosidad.
-Que esa es mi máquina de hacer hortalizas, en ella podremos hacer lo que viene escrito en el calendario mágico, y no me gustaría que estuviera dañado, o no podremos volver a ser como antes.
Ahí, la curiosidad me invadió, y no pude resistirme a preguntar:
-¿qué significa todo este rollo?
En ese momento, un espantoso silencio aguó la fiesta en la que yo ya me había acomodado, y la patata que antes había intervenido dijo:
-Ven, tenemos que enseñarte algo...
Yo, sin dudarlo un momento seguí a...¿cómo se llamaba? Le pregunté, y me dijo que se llamaba Pepe, pero que desde el accidente, se llama potatoes.
-¿Qué accidente?-insistí yo.
-Es lo que intento explicarte, pero no dejas de interrogarme y así yo no puedo intervenir-dijo con un tono molesto.
De repente, se paró, y, giró a la derecha, abrió una puerta, y...************************
En ese momento me había desmallado. Resulta que era un sitio en el que había que acostumbrarse a entrar, y, como se ha visto, era la primera vez que yo entraba.
Era una habitación cuadrada, con una cúpula, y, eso, junto a otras cosas, hacía en especial que ese sitio fuera tan raro. En el centro de la habitación había una especie de calendario flotante: "El calendario mágico"
En él venía escrito que el primer humano que pisara el planeta de las hortalizas podría conseguir que los extraterrestres transformados en hortalizas volvieran a ser como antes.
Yo, quedé estupefacta y tras meditarlo un rato, decidí que podría intentarlo.
Me adentré en la máquina, y, cuando salí, ya no había nadie, pero yo lo veía todo más grande, mucho más grande, morrocotudamente grande.
Me miré por el cristal de mi traje de segunda mano, y...¡aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh hhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!¡Me había convertido en una patata!
Ahí fue cuando leí una nota del señor Potatoes que decía:
"No me he llamado nunca Pepe. Deberías confiar menos en las personas,¡aunque no sean personas!
3 comentarios:
Muchas gracias María, el tuyo también es increíble. Suerte con la votación.
Adriana debo decir que...¡Tu historia es estrabagantemente original! Sinceramente no me esperaba nada este final tan divertido y con un mensaje tan claro, qué tiene tanta verdad en sí, cómo agua en el mundo, el cúal espero qúe no sufra una detonación cómo tú en el texto, solo una cosa más ¡Suerte!
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